Por razones obvias, la persecución policiaca de la otra noche que causó que un vehículo se metiera al túnel de la Gold Line en Boyle Heights ha recibido mucha atención.
En una nota de seguimiento del LAT, se citan dos estadistas claves: la mayoría de las persecuciones terminan en arrestos, pero las que llevó a cabo el LAPD entre 2006 y 2014 resultaron en 334 personas lesionadas.
El reportero Richard Winton también cita un reporte sobre persecuciones policiacas (ver la página 143 ) del Gran Jurado Civil del Condado de Los Ángeles.
Estos son dos párrafos de ese reporte que vale la pena destacar:
¿Se justifica el elevado riesgo?
De acuerdo con un reporte de la International Association of Chiefs of Police (IACP) y el National Institute of Justice, 91% de las persecuciones de alta velocidad se iniciaron en respuesta a un crimen no violento.El estudio analizó casi 8,000 casos en la base de datos de la IACP. Y encontró que el 42% involucraron una simple infracción de tráfico, otro 18% involucró un vehículo robado y el 15% a un sospechoso de manejar alcoholizado.
Se esperan estadísticas similares para el condado. Estos resultados sugieren algunas preguntas. ¿Vale la pena poner en riesgo vidas por ir a alta velocidad en áreas urbanas para arrestar a alguien que se pasó una luz en rojo? ¿O porque no marcó que iba a dar vuelta? Si el conductor está ebrio, ¿ tiene sentido perseguirlo y hacer que sea un peligro mayor para los transeúntes?
Mi corazonada es que muchas persecuciones no son necesarias. Dicho esto, sería interesante saber el promedio de sentencias para los que son arrestados. Dado el riesgo que estas persecuciones representan para los transeúntes, otros conductores y la policía, personalmente creo que no valen la pena, aunque se debe castigar severamente a los infractores.
Aquí, el enlace a la nota completa: Yes, some drivers do outrun police during high-speed pursuits — but often at great peril(LAT)
